Veterano ya en el mundo de Enseñanza de Adultos, sus anécdotas son infinitas, y para muestra, la siguiente historia dice mucho del significado de esta profesión en su vida. Alumnos/as que, sorprendentemente, llegaron a ser algo más que simples receptores de su sapiencia; se convirtieron, como en el caso del protagonista de la historia que pueden leer, en AMIGO.
El Director del Aula de Adultos de Trujillo, Ángel Corchado Ordiales, dedica unas palabras a aquel estudiante del Aula cuya repercusión en las clases diarias le llevó incluso a dar nombre a la Biblioteca del Centro.
REQUIEM POR UNA GRAN PERSONA.
(En Trujillo, su pueblo y el mío se me ha muerto como el rayo, "el tío Feli", con quien tanto quería!)
¡Han transcurrido algunos años! Algunos años desde la irreparable pérdida del alumno ideal, del compañero del alma y del amigo “perfecto”.
Pasado ya el tiempo en que “tanto dolor se agrupa en mi costado…que por doler me duele hasta el aliento” quiero hacer desde este blog un homenaje a Feliciano Rodríguez Nevado “Tío Feli” (así era como le llamábamos los compañeros del Aula de Adultos de Trujillo)
Feli, llegó al Aula como han llegado varios cientos de trujillanos/as : “¡Para sacarse el Graduado Escolar!”, pues se lo requerían para temas laborales. Era una persona humilde, honesta y trabajadora, como muchas de las personas que han tenido a bien ocupar un pupitre en las aulas de nuestro centro. ¡Pero no era un alumno más! Desde el primer momento se integró en el aula y se convirtió en un ejemplo de compañero y amigo, tanto para alumnos como para profesores.
Aún me vienen a la memoria el revoleteo de jóvenes adolescentes a su alrededor y como el generoso “ tío Feli” se los llevaba al bar “ El Bizcocho” y los invitaba a la refrescante y reponedora “Coca-Cola”.
Ha transcurrido ya un largo tiempo sin ti. Han pasado ya los tiempos en los que “en mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofe y hambrienta” y con la serenidad del “dolor calmado” te recuerdo, siempre dispuesto a ayudar con tu impresionante fortaleza física: ¡Podías con todo y a todo ponías solución!
Recuerdo el día que una alumna te llamó Mc Giver, pues como el protagonista de aquellas célebre serie, todo lo que tocabas lo arreglabas: ¡Valías igual para “ roto que para un descosido”! Con cuatro bombillas montabas una discoteca en el patío, con un cable de desecho y un alambre ya teníamos antena para ver el partido de la Selección… y con dos trozos de hierro y madera, ya teníamos barbacoa.
Pero sí, hace ya varios años que nos dejaste “ temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada…” pero quiero que sepas que estás presente en cada rincón y en cada pupitre del aula, que siempre hay una copa para brindar por ti en cada fiesta de las que sabes que a menudo celebramos …y que en cada una de las excursiones siempre habrá una plaza del autobús reservada para ti.
Pasados ya los tiempos “en los que no perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada” queremos recordarte y proclamar que ni siquiera la muerte ni “el bicho” (¡maldito cáncer traidor!) nos podrá jamás separar de ti, pues para todos nosotros, los que te conocimos y te quisimos, tu recuerdo será imperecedero e inmortal y recuerda, allá donde estés , que tenemos una cita pendiente , que “aún tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero”.
ÁNGEL CORCHADO ORDIALES
UN AMIGO (Pablo Guerrero)
Un amigo se fue. Nos dijo
que estábamos envueltos
en el pañuelo gris de la costumbre.
Enjaulados un poco con la prisa
empolvados en esa gran cultura
que nos sirve
para el hombre que habita en su deseo.
Un amigo se fue. Buscaba creo
el sol en un vaso de vino
empaparse de lluvia y descalzarse luego
hasta vivir, hasta sentir de lleno
el contacto del barro de la tierra.
