La llevan apodando “la Cenicienta del Inglés” desde hace mucho tiempo y, la
verdad, no podía ser más acertada la etiqueta teniendo en cuenta lo denostada
que está este área del inglés en el curriculum y en la agenda de los docentes
de Inglés.
Desde la década de los 80 se viene dando un cambio (al menos legislativo y
metodológico) que pretende dar una vuelta de tuerca a la enseñanza de esta
ciencia; sin embargo, lo cierto es que sigue ignorándose en las clases en
demasía. Por ello, además de mi propio
afán por este mundo de sonidos, en nuestras clases de “No Formales”, intentamos
dar pequeñas pinceladas de pronunciación (aunque sean mínimas) para que las
alumnas se vayan familiarizando poco a poco con este complejo y abstracto mundo
que tantos miedos y rechazos provoca.
Es por ello que, aprovechando además el inmenso interés de mis alumnas (mis
queridas y curiosas Alicias) por el aprendizaje de la pronunciación inglesa,
hace unos meses que llevo organizando el que he decidido llamar “Mes de la Pronunciación”.
Mind you, la pronunciación es un apartado que debe enseñarse en contexto, a
colación de un texto o una palabra que surja en clase, de forma que no sea
aislada su enseñanza. Aun así, es momento
de que las chicas conozcan qué existe detrás de las cortinas del stage de este teatro tan bello que se
llama “Pronunciación”.
Ayer comenzamos con un primer acercamiento a través de una flow chart donde reflexionaban sobre si
realmente tenían interés en aprender individual
sounds, stress, rhythm, intonation y connected
speech. Su respuesta fue realmente positiva, lo cual les condujo a una
humorística bienvenida al “Chaotic World of English Pronunciation”. Tras esa
reflexión, el siguiente paso consistía en encontrar de una vez por todas dónde residía la verdadera razón por la cual existe tanta divergencia
entre el spelling y el speech y bueno, entendieron que
aquellas tribus invasoras en la Gran Isla no hicieron otra cosa que
complicarnos la vida a los que amamos el idioma. A eso, unimos el surgimiento
de la imprenta y los cambios en la pronunciación que sucedían de forma
paralela, pero que no se ponían de acuerdo y caminaban por direcciones
diferentes. Y tras esa introducción,
pasamos a conocer parte de nuestra anatomía bucal, tan necesaria para entender
cómo articulamos sonidos vocálicos y consonánticos. Y bueno, ya de paso, nos
reímos un rato al ver las caras de asombro de las chicas que tenían la
sensación de estar en clase de anatomía (además en inglés).
Para ser la primera sesión, no estuvo mal. Mañana tendremos la siguiente:
centrada ya en manejar los conceptos anatómicos y empezar a familiarizarnos con
los sonidos vocálicos y todo lo que llevan consigo…
El siguiente capítulo de este recorrido por la Oca de sonidos les acercará
a mundos que ni se imaginan. Esperando que la conclusión no sea: “Yo solo sé
que no sé nada” y que se vayan con la sensación de haber descompuesto el
carácter etéreo de la fonética y fonología y conseguir el tan esperado edén
propuesto por el gran Maestro (Adrian Underhill) y su “physicality” para saber “what’s
going on in the mouth”.
Las clases son principalmente en castellano porque la idea es que las
alumnas de un nivel A1 se aproximen a los conceptos más básicos, los vayan
asimilando y una vez consolidados, los manejen en su repertorio diario para así
ser capaces de seguir con cierta fluidez el paso a paso de cómo se articulan los
sonidos individuales (vocales y consonantes). Iré publicando todos los posts sobre cada clase experimental en mi blog personal que está exclusivamente dedicado a este
fin: la enseñanza de la pronunciación ( drhigginssblog.blogspot.com).
CHICAS, WE ALWAYS CAN.
Alumnas rellenando esquemas sobre anatomía del tracto oral