martes, 30 de enero de 2018

AMERICAN-SPANISH FELLOWSHIP

En un ambiente monolingüe siempre supone un halo de aire fresco la visita de un/a nativo/a que no solo permita poner en práctica las habilidades receptivas y productivas de alumnos/as y profesores/as, sino también la posibilidad de acercarnos a la cultura del país en cuestión. Hoy hemos recibido la grata visita de Caroline, una chica del sur de Carolina que reside temporalmente, un trimestre, en casa de una de nuestras alumnas de cuarto, María.

Caroline llegó al Aula con cierta timidez, pero poco a poco, el interés que despertó en los/las alumnos/as consiguió relajar el ambiente para todos/as los/as los asistentes. Empezó presentándose, o más bien, sorprendiéndonos porque con tan solo 20 años, esta joven americana ha hecho las maletas y se ha venido a Trujillo para mejorar su español, ya que en los States estudia International Studies and Spanish. Nos contó sobre su prototípica familia americana, en la que no podía faltar una mascota: un golden retriever que, con toda seguridad, hace las delicias de su familia. Contrastó la comida española, en concreto la de la familia que le acoge -donde habitualmente no falta el pescado y la carne- productos ambos no muy frecuentes en su dieta americana. Por el contrario, contaba que en su país normalmente hace sus comidas con productos como las verduras, la fruta, el arroz o los crackers, los cuales suelen estar muy presentes en su diario.

Boquiabiertos se quedaron los/las alumnas al escuchar que, tras ahorrar algo de dinero para un coche, una riada -producto de un huracán- se llevó su coche. De igual forma, Caroline comentó las diferencias en el sistema educativo español y americano, siendo los horarios y los breaks para las comidas los factores que más diferencian a ambos. Tuve que aclarar que la Enseñanza de Adultos suele impartirse en horario nocturno, pero que la Enseñanza Secundaria y Primaria, por el contrario, tienen horario matutino. Como buena viajera, en el próximo Easter Break, quiere coger el avión a París y Roma, aunque no descarta Marruecos el cual, por cierto, despierta cierto interés en ella ya que ha estado aprendiendo árabe durante dos años y medio.

La clase, justo a una semana de hacer el examen de inglés, ha resultado agradable por varias razones: por todo lo que aportan estas interacciones con angloparlantes y porque también ha supuesto un respiro a la tensión acumulada en la 'countdown-week' previa a los exámenes.


THANKS A MILLION ZILLION FOR YOUR VISIT, CAROLINE!




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